jueves, 27 de junio de 2013

CAPITULO IV DE "LA MALDICIÓN DE EL MATASANOS"


CAPITULO IV
Corría una  fecha inmemorial, eran los albores  de la raza poderosa, de la raza dominante, poseedora de una inteligencia diferente, ¿diferente?, si, diferente: creativa, no necesariamente sujeta a mandatos, se obedece, pero se puede desobedecer también. Qué es lo que hace posible que exista una raza con tal capacidad, bueno esto es un misterio y existen muchas respuestas, variadas, alocadas, “creativas”. Van de los intentos científicos, a especulaciones filosóficas, llegando hasta las afirmaciones religiosas. Mientras las ciencias quieren explicar la  creatividad como producto de un proceso evolutivo, las  religiones señalan que la creatividad es un don de los dioses o de algún dios y la filosofía razona y especula en torno a ambas. Bueno, lo cierto es que la raza poderosa es creativa y en esa creatividad surgen cualquier cantidad de ideas que procuran en lo superficial hacer feliz al hombre o a la mujer (para que no se enojen los abogados del género) y en lo esencial, se quiere trascender y entendemos por trascender, lo opuesto a morir, a desaparecer. Nadie quiere morirse, nadie quiere desaparecer, ser olvidado, nos gusta que nos recuerden, que nos celebren, que nos piropeen,  que nos exalten lo vanidoso que somos por naturaleza, en fin, quién quiere dejar esto, nadie y esto ha sido así desde la fecha inmemorial. Entonces, la raza poderosa siempre ha buscado, ha luchado, por trascender, es por eso que muchos sacrificaron sus vidas en busca de la fuente de la eterna juventud, también esto explica el apogeo de las religiones que ofrecen la trascendencia máxima por medio de la vida eterna. Nadie quiere morirse. Y en los tiempos inmemoriales, haciendo uso de la inteligencia creativa, nuestros ancestros, idearon diversos rituales para hacerle frente a la muerte  y entre estos el más poderoso, el más secreto, el más sagrado fue  y será siempre, el Ritual de la oración del puro.  Y para que diese siempre resultado, se escribió en tablas de piedra, para que no se perdiera ningún detalle de su desarrollo. Estas tablas de piedra originales fueron escondidas de manera muy secreta. Solamente los jefes de las tribus, que desde un inicio eran doce y que formaban el consejo de los doce soles, traduciendo esto sería como decir, el consejo de los doce iluminados, sabían el lugar exacto donde están las tablas que contenían las indicaciones específicas para desarrollar la oración del puro. La estrategia y acuerdo sabio, coherente y egoísta de los doce soles, era que solo a los doce soles con sus respectivas lunas se les permitirían desarrollar en beneficio propio, la oración del puro. Como pueden  observar queridos lectores,  eso de que los dirigentes tomen decisiones en su propio beneficio, excluyendo a las mayorías no es nada nuevo, esto ha existido siempre, lo que cambia son las formas, lo métodos y las personas que lo aplican. Bueno, los doce soles no querían cambiar ellos, querían con sus privilegios trascender por la eternidad, querían vida eterna, como todos, nadie  quiere morirse, por eso es que la medicina científica o la mágica, tienen tanto impacto, por que nadie quiere desaparecer. Todos queremos trascender. Los doce iluminados tenían su ritual y no lo querían compartir, como no comparten los dictadores, políticos, avaros de poder que convierten a la vanidad en su pecado o en su fortaleza favorita. Cada cien años el sol y la luna, debidamente alineados es decir de acuerdo en todo, deberían  llevar el manual del ritual ,  el puro, los polvos y menjurjes necesarios y a las doce pm en punto,  en un lugar previamente escogido del cementerio local deberían entonces desarrollar   todo lo señalado y de esa manera se obtendrían cien años  más de alargamiento de lo que  es lindo alargar, es decir, la vida.
Este ritual se ha practicado durante siglos, desde la fecha inmemorial, es por eso que los doce soles y las doce lunas están dispersos por toda la madre tierra y entonces no es de extrañar, las semejanzas en el gobernar, que tienen los  gobiernos, separados por la distancia y por el tiempo. El origen es el mismo: los doce soles y las doce lunas primeras. Todos alineados en todo y esto se ha transmitido a través del ritual de la oración del puro, que cada cien años da cien más y marca y renueva la naturaleza del alma de la raza poderosa. Sol y luna debidamente alineados para que el alargamiento vital tenga éxito, formando una sola persona aunque con diferentes cuerpos, no peleando por imponerse o destruirse sino colaborando uno en favor del otro para trascender los desafíos del tiempo. Estos privilegiados,  iluminados, han llegado hasta nuestros días  y lo han logrado  precisamente por mantenerse fieles  y disciplinados en la práctica de lo acordado desde la fecha inmemorial. Don Sergio Rovira y Doña Eulalia Ponce, estaban a punto de desarrollar por enésima vez la Oración del puro, que les daría cien años más de deliciosa vida. Lo que  ellos nunca imaginaron, era el torbellino de acontecimientos que se les venía encima y que podía echar por tierra y destruir de tajo lo construido y trascendido, durante tantas centurias, desde la fecha inmemorial. Pero ellos no estaban  dispuestos a permitir que nadie se les interpusiera en lo previsto, fuera quien fuera, y sabiendo que sol y luna debidamente alineados son indestructibles es decir que juntos son dinamita.    

lunes, 10 de junio de 2013

Tercer capítulo de "La Maldición de El Matasanos"





CAPITULO III
El par de zopilotes digirieron lo mejor que disimularon la inesperada y nunca deseada noticia que Fresa Azucena, su hija linda, su vestal, les acababa de dar, y que como puñal se les había clavado en las neuronas. Pero para no levantar ningún tipo se sospechas que fueran a estropear los planes que los designios de las fuerzas del más allá, habían pactado con los Rovira Ponce, estos hicieron como que les alegraba la noticia del noviazgo recientemente recibida. Eso sí, entraron en una súbita preocupación, en relación a la posibilidad muy probable de que su niña hubiera probado la fruta prohibida, con el tal doctorcito Olacireguí. Cabe mencionar que el doctor Olaciregui no tenía pinta de picaflorero, de sinvergüenza, de puto, de aprovechado, pero nunca se sabe que esperar de las aguas mansas y este era el temor que embargaba e inundaba los pensamientos de los padres de Fresa Azucena; ya que de haber mordido o devorado la fruta prohibida el plan siniestro quedaba de tajo destruido. Pero para satisfacción de los Zopilotes, en la plática que se dio durante el almuerzo el doctor Olaciregui, les quito la preocupación ya que les habló de sus intenciones con su hija, del respeto que le tenía, ya que él consideraba que la intimidad, de la cual dejaba fuera los besos franceses con los que hacía las delicias de Azucena, era propia solamente del matrimonio. Aclarado este punto, adquirió fuerza el deseo de los padres de poner en marcha, lo que se tenía que ponerse y sin dilatación de tiempo, después del almuerzo y aprovechando que los tortolitos salieron a dar una vuelta por el lindo pueblo de El Matasanos ya que la Señorita Azucena quería que su amado doctorcito se enamora de la campiña donde había crecido y la cual la llevaba muy dentro de su corazón. Porque todo ser humano debe tener una fuerte idiosincrasia, que no es otra cosa que la identidad que a fuerza de crianza se le penetra a uno en lo más intimo de nuestro ser. La idiosincrasia es la raíz que nos une a la tierra y a la gente, y Azucena estaba muy unida a su lindo  El Matasanos. Pues aprovechando que los novios no estaban, sus padres, se encerraron en el cuarto y en un profundo silencio y con solemne respeto abrieron un Baúl de Caoba muy grande, como de un metro de largo por medio metro de ancho y de alto. Como les iba diciendo lo abrieron y empezaron con mucha delicadeza a sacar una serie de instrumentos raros, botecitos con sustancias de diferentes colores y texturas. Pero entre las cosas sobresalía un objeto que es común entre muchos de los pobladores de nuestras tierras, pero por las dimensiones que este objeto tenía es que entra en la categoría de exótico. Y ustedes los lectores se estarán preguntando a qué objeto me estoy refiriendo, pues les diré que era un puro, si señor, un puro de tabaco, pero como de 30 centímetros de largo y bastante grueso y que además tenía grabado una serie de símbolos de lo más raro.
Una vez vaciado el baúl, solamente quedaba en el fondo, un folleto, todo amarillento, lo que indicaba que era muy viejo. Por el desgaste de las páginas se notaba que era un folleto que había sido muy usado. Ese folleto tenía en la primera página estampado con letras góticas, con tinta color rojo que bien pudo haber sido en lugar de tinta, haberse usado sangre, digo esto por las texturas de las letras y por lo intenso del color que tenía la tonalidad que adquiere la sangre seca.
En el título del folleto que estaba en el mero centro de la primera página se podía leer muy claramente: “MANUAL PARA DESARROLLAR EN DETALLE Y SIN POSIBILIDAD DE EQUIVOCACIÓN EL RITUAL DE LA ORACIÓN DEL PURO”